El libro del Promesante, muchas historias de feligreses.
En Agosto de 2015 inauguramos un espacio para que los
promesantes nos cuenten sus historias, sus testimonios, pedidos y
agradecimientos hacia Nuestro Señor de San Gil. Un año después, nos encontramos
con más de 2.500 testimonios de promesantes que se acercaron a la Capilla de
San Gil en el paraje Sacha Pozo, departamento Banda.
Juan, Roberto, María, Héctor, Susana, Daniela, Alfredo y Silvia son sólo algunos de los nombres que encontramos en El Libro del Promesante. Todos ellos tienen un denominador común, se acercaron en 2015 y 2016 a la Capilla de San Gil para conocer al “Santo de los Pobres” o para realizar un pedido o un agradecimiento por un favor concedido.
En Agosto de 2015 la familia Cobacho, depositaria de la imagen de Nuestro Señor de San Gil, decide generar un espacio para que todos los feligreses que se acerquen al Paraje Sacha Pozo, puedan dejar constancia de su visita. Así nace El Libro del Promesante, que hoy cuenta con más de 2500 historias de promesantes que nos visitaron de Santiago del Estero y de otras provincias de la Argentina.
La mayoría de los testimonios relatan el agradecimiento hacia San Gil por los favores otorgados. Una gran parte de ellos pide, en general, por la salud propia y de su familia, por mantener el trabajo o por conseguirlo.
A continuación detallo algunas de los relatos más representativos:
Roberto Santucho y su familia vinieron de la localidad de Banda de Río Salí en la provincia de Tucumán y se acercaron al paraje de Sacha Pozo el 17.4.2016 y señalaron “Hoy es un día en el que venimos a agradecer las bendiciones recibidas a nuestra familia, especialmente de Emiliano que, gracias a tus bendiciones, su salud está logrando mejorar. Llenos de fe hoy te pedimos que sigas guiando los caminos de la sanación que necesita para lograr una vida plena”.
También desde Tucumán, la Familia Figueroa mencionó “Hoy venimos con un profundo agradecimiento por haber protegido a mi hijo y ayudado en la recuperación de la salud”.
Daniela Juárez, promesante bandeña, dice el 17 de abril de 2016 “Te quiero dar las gracias por esta hermosa alegría y momento que estoy pasando. Mi sueño y mayor deseo se cumple, el de ser mamá. Hoy tengo más de 5 meses de embarazo y me siento muy feliz de ser mamá. Te pido que me acompañes en mi embarazo y que vaya todo bien y que mi hijo nazca sano”.
Silvia Ramírez de Silva y Hugo Silva (20 de Abril de 2016) dicen “Venimos desde Ituzaingo, Corrientes, a agradecer por todo lo que haces por nosotros y pedirte que nos acompañes siempre”.
Alfredo Picotti de la provincia de Entre Ríos dice “Te pido que me ayudes, estoy dolido por las cosas que me pasan, ayúdame a salir adelante”.
Norma Gomez de La Banda se acercó el 27 de Julio a la Capilla y menciona “Gracias Señor de San Gil por haber recibido mis audífonos tan anhelados. Por todos los favores recibidos, nunca me abandones y me protejas en cada momento de la vida”.
Carla Ledesma es la primera vez que visita la Capilla de San Gil el 10 de Agosto de 2016 y lo expresa así “Sr. De San Gil, le doy las gracias por haberme permitido llegar a su santuario, es la primera vez que venimos; muy lindo lugar, la capilla es linda. El motivo por el que estoy aquí es para pedir por la salud de toda mi familia y por el trabajo”.
Familia Torrez Barraza (22 de septiembre de 2015) dicen “Sr. De San Gil te damos las gracias por todas las promesas cumplidas y te pido que me ayudes con mi casa y mi familia y a seguir adelante con el negocio”.
Guadalupe Castillo dice “San Gil después de 14 años vuelvo a pedirte por la salud de mi hijo, por la salud de mi esposo y por la mía”.
Familia Gerez que vinieron desde Simoca Tucumán dice “San Gil te pido que protejas a toda mi familia para que no nos falte el pan en nuestra mesa el trabajo y sobretodo la salud. Venimos desde Tucumán hasta tu Santuario, siempre estas presente en nuestros corazones”.
Y las historias de los promesantes siguen y se seguirán escribiendo cada día en este Libro de los Promesantes.
1 comentario:
Es un santo milagroso lamentablemente no puedo ir siempre.
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